Todo comenzó cuando una mañana al ir al colegio nos encontramos un esqueleto con bufanda y sombrero... No nos dio mucho miedo y... ¡hasta nos reímos y nos atrevimos a tocarlo!
A partir de ahí comenzó nuestra experiencia y lo primero fue hacernos dos importantes preguntas: ¿Qué sabemos? ¿Qué queremos aprender? Las respuestas fueron muy diversas y algunas bastante divertidas.
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